Este jueves tuve la sensación que nuestra presidente, Cristina Fernández de Kirchner, lamentablemente sigue teniendo problemas en el ámbito comunicacional, especialmente en lo discursivo. Puede ser tan sólo eso, una sensación o bien, como creo, podría existir un problema.
En determinadas ocasiones, hay quiénes pueden llegar a preguntarse sobre la Autoridad Presidencial. Creo que, si bien puede preocuparnos el poder político, y sobre si efectivamente o no es Néstor Kirchner es quién hoy gobierna nuestro país; también resulta preocupante que en los últimos días, el discurso presidencial no encuentre rumbo.
El día de ayer, la presidente anunció un plan de "línea blanca para el hogar". Veamos la construcción del auditorio y del "destinatario".
En primer lugar, creo que se mantiene un problema de "escenografía". Los últimos anuncios presidenciales se han referido a múltiples temáticas. Su mayor porcentaje fue dictado en Olivos, ante la misma concurrencia. Con idéntico auditorio, entonces, se presentan planes para lavarropas, sobre canje de deuda o automóviles. Los directivos de empresas, y otros son siempre los mismos; lo cual genera una "ficticidad" en el anuncio. Las mismas plantas de Olivos, de fondo a la figura presidencial, sólo refuerzan la idea de una presidenta que toma decisiones desde la Casa de Olivos, y no se "empapa" de la situación.Este aislamiento en los hechos, dispone de una escenografía virtual, en donde lo político queda alimentado por sí mismo. Son sindicalistas y empresarios los que escuchan los anuncios presidenciales.
El segundo aspecto crítico refiere a la dicción. La presidente "decora" sus discursos con cuestiones, que poco tienen que ver a veces con el fin mismo del anuncio. No sé si esto responde a su negación de discursos para leer, u otras razones, pero lo cierto es que transmite una "sensación" de improvisación y convierte el discurso político en comentario.
Tan distintos son los discursos políticos de anuncios en la era de Néstor Kirchner, dónde desde "el atril", cargaba tintas en cada acto y levantaba "el autoestima" del pueblo argentino.
Por el contrario, Cristina busca aparecer como Mujer. Ni como esposa ni como madre, Cristina busca legitimar su autoridad como "Mujer". Y el gran inconveniente que visualizamos, es que la construcción de la "mujer" remite en la esfera pública y comercial principalmente a la moda, y otros asuntos, que casualmente son cuestiones que afloraron y disgustaron a la opinión pública en los meses del conflicto del campo. "Y por favor que no me valga ninguna crítica de las feministas, pero tiene que ver con la realidad cotidiana de todas las mujeres", dice Cristina. Preocupada por "las feministas", sólo se encierra en la legitimación en tanto "mujer". Ejemplos de esta caracterización, aparecen también en el rol defensivo, cuando por ser "mujer" sostiene que todo se hace más dificil.
Ahora bien, los cuatro tipos de autoridad que señalaba Kojeve son: La Autoridad del Padre, la Autoridad del Amo, la Autoridad del Jefe y la Autoridad del Juez.
¿Sobre qué tipo de autoridad busca reposar la presidente? Pareciera que en la autoridad de "la mujer". Y allí creemos que existe uno de los problemas, dado que pareciera reconstruir esa "mujer" de los años 40.Cuando la presidenta promete "el confort de la familia", nos preguntamos sinceramente a qué público se dirige y con qué palabras. Que la Presidenta comience a dar números, precios y marcas; nos preocupa. ¿No podría algún secretario o subsecretario proporcionar esta información? ¿No son más productivos anuncios sorpresivos en los periódicos con estos precios, y con ventajas al consumidor?
El detalle de precios y marcas de lavarropas, nos muestra, no un gran anuncio, sino uno pequeño. La "magnicidad" de los líderes a los cuáles les habla, queda por momentos pequeños ante los "costos de instalación".
La transparencia del destinatario que construye la presidenta conspira. Las "muchísimas mujeres, amas de casa, allá sentadas", o bien "las mujeres somos todas muy coquetas", nos hace preguntar si no está intentando construir un "tipo", ese género de mujer. En esencia, la distancia se figura entre una "mujer líder" y una "líder mujer". Pareciera la presidenta, orientarse por la primera, mientras figuras como la Carrió, siempre ponen por delante su condición política, y no de género. Como hipótesis, si la sociedad argentina eligió una presidenta, la cuestión de género podría resultar como dada, ante la asunción de la autoridad presidencial. El refuerzo y reivindicación de "la mujer", desestabiliza autoridades naturales como las mencionadas. Desde el plano político, este "destiempo" se refuerza con su foto junto a Fidel Castro. La pregunta por la veracidad de la misma, termina poniendo en duda si efectivamente puede ser cierto que, el mismo día que asumía Obama, Argentina se fotografiara con Cuba. Nos habla de canje de deuda, cuando enfrente "allá" tiene a sus mujeres, amas de casa.A nuestro criterio, la presidenta debiera intentar reposar sobre otro tipo de autoridad; y reconquistar la opinión pública de sectores medios.
Considero que no es nada fácil. Lo cierto es que la presidenta padeció una "transferencia de la autoridad legítima", con mayor cantidad de votos obtenidos, de su esposo a ella. Pero esta construcción, no se ha reflejado en términos de discurso y en términos de imagen. Y creemos, tiene gran correlación con el resultado electoral.
El ocultamiento de la imagen de Cristina durante la campaña 2007, había generado cierta expectativa. Sin embargo, el desvelamiento ocasionó mucho daño, dado que ahora se generaba un efecto de transparencia: "así era realmente Cristina".
Este dato provocó una "desilusión" por parte del electorado en los pocos meses, y un enfrentamiento, al destacarse sus rasgos de "soberbia".
Creo que podría tener buen rendimiento comenzar, progresivamente, a reposar sobre la autoridad de Madre. Esta autoridad natural, hoy no se ejerce públicamente por la Presidenta. Las demás, hoy son muy dificiles de reconstruir. La autoridad de Jefe Política, hoy la tiene en ejercicio su esposo. La Autoridad de Amo, ha ocasionado críticas en su soberbia y en su estilo autoritario. La Autoridad de Juez, dificilmente pueda ejercerla como principio, con tanto gabinete cuestionado.
En cambio, la autoridad de Madre podría ayudarla a recomponer su vínculo con la sociedad. En los años 90, la aparición de la "familia" menemista, reconstruyó en Menem la figura del "padre", refuerzo tras la trágica muerte de Carlos Menem Jr.
En Cristina, uno no conoce esta faceta, y allí aparecería una oportunidad.
Para finalizar, tomamos el atrevimiento de proponer a sus grandes "equipos" de discurso e imagen.
1. Que la Presidente tome de 10 a 15 días, desaparecida de los medios. Que se muestre tanto, hace preguntar cuándo "trabaja", cuándo analiza y toma decisiones. Los anuncios están generando la transparencia de que "anuncia". Los anuncios no son sinónimo a trabajo.
2. Que la Presidente asista a un prototipo de programa televisivo, como Mirtha Legrand. Descontracturada y sin demasiada estética, concurrir a comer a solas con la diva televisiva. Este dato la posiciona en otro segmento social. La Presidenta, no sólo da discursos y viaja, sino que "come" en su hogar, y también comienza a ser parte del universo mediático, algo de lo que por tanto preservarla, se lo termina alejando.
3. Que la Presidente conceda una entrevista exclusiva a un medio de prensa gráfica, podría ser Clarín preferentemente, en el living de su casa, totalmente desestructurada. La entrevista debiera incluir el perfil de sus hijos, y contaría con muchas preguntas sobre su rol de "madre".
4. Que asista una semana después o antes a determinados sanatorios y hospitales y lance una campaña pública; o bien que organice junto a la Provincia un conjunto de acciones benéficas para productores afectados por la sequía. Este espíritu "solidario" algo que hoy nadie identifica, tendría la virtud de contar con la presencia de líderes rurales, los cuáles no podrían negarse. La recomposición de la relación con el Campo tiene que ser a través de "lo solidario".
Esperamos que les resulten interesantes estos comentarios. Realmente deseamos que mejore su imagen, y logre cumplir con su mandato constitucional, como anhelamos todos los argentinos, nos guste su estilo o no.
En determinadas ocasiones, hay quiénes pueden llegar a preguntarse sobre la Autoridad Presidencial. Creo que, si bien puede preocuparnos el poder político, y sobre si efectivamente o no es Néstor Kirchner es quién hoy gobierna nuestro país; también resulta preocupante que en los últimos días, el discurso presidencial no encuentre rumbo.
El día de ayer, la presidente anunció un plan de "línea blanca para el hogar". Veamos la construcción del auditorio y del "destinatario".
En primer lugar, creo que se mantiene un problema de "escenografía". Los últimos anuncios presidenciales se han referido a múltiples temáticas. Su mayor porcentaje fue dictado en Olivos, ante la misma concurrencia. Con idéntico auditorio, entonces, se presentan planes para lavarropas, sobre canje de deuda o automóviles. Los directivos de empresas, y otros son siempre los mismos; lo cual genera una "ficticidad" en el anuncio. Las mismas plantas de Olivos, de fondo a la figura presidencial, sólo refuerzan la idea de una presidenta que toma decisiones desde la Casa de Olivos, y no se "empapa" de la situación.Este aislamiento en los hechos, dispone de una escenografía virtual, en donde lo político queda alimentado por sí mismo. Son sindicalistas y empresarios los que escuchan los anuncios presidenciales.
El segundo aspecto crítico refiere a la dicción. La presidente "decora" sus discursos con cuestiones, que poco tienen que ver a veces con el fin mismo del anuncio. No sé si esto responde a su negación de discursos para leer, u otras razones, pero lo cierto es que transmite una "sensación" de improvisación y convierte el discurso político en comentario.
Tan distintos son los discursos políticos de anuncios en la era de Néstor Kirchner, dónde desde "el atril", cargaba tintas en cada acto y levantaba "el autoestima" del pueblo argentino.
Por el contrario, Cristina busca aparecer como Mujer. Ni como esposa ni como madre, Cristina busca legitimar su autoridad como "Mujer". Y el gran inconveniente que visualizamos, es que la construcción de la "mujer" remite en la esfera pública y comercial principalmente a la moda, y otros asuntos, que casualmente son cuestiones que afloraron y disgustaron a la opinión pública en los meses del conflicto del campo. "Y por favor que no me valga ninguna crítica de las feministas, pero tiene que ver con la realidad cotidiana de todas las mujeres", dice Cristina. Preocupada por "las feministas", sólo se encierra en la legitimación en tanto "mujer". Ejemplos de esta caracterización, aparecen también en el rol defensivo, cuando por ser "mujer" sostiene que todo se hace más dificil.
Ahora bien, los cuatro tipos de autoridad que señalaba Kojeve son: La Autoridad del Padre, la Autoridad del Amo, la Autoridad del Jefe y la Autoridad del Juez.
¿Sobre qué tipo de autoridad busca reposar la presidente? Pareciera que en la autoridad de "la mujer". Y allí creemos que existe uno de los problemas, dado que pareciera reconstruir esa "mujer" de los años 40.Cuando la presidenta promete "el confort de la familia", nos preguntamos sinceramente a qué público se dirige y con qué palabras. Que la Presidenta comience a dar números, precios y marcas; nos preocupa. ¿No podría algún secretario o subsecretario proporcionar esta información? ¿No son más productivos anuncios sorpresivos en los periódicos con estos precios, y con ventajas al consumidor?
El detalle de precios y marcas de lavarropas, nos muestra, no un gran anuncio, sino uno pequeño. La "magnicidad" de los líderes a los cuáles les habla, queda por momentos pequeños ante los "costos de instalación".
La transparencia del destinatario que construye la presidenta conspira. Las "muchísimas mujeres, amas de casa, allá sentadas", o bien "las mujeres somos todas muy coquetas", nos hace preguntar si no está intentando construir un "tipo", ese género de mujer. En esencia, la distancia se figura entre una "mujer líder" y una "líder mujer". Pareciera la presidenta, orientarse por la primera, mientras figuras como la Carrió, siempre ponen por delante su condición política, y no de género. Como hipótesis, si la sociedad argentina eligió una presidenta, la cuestión de género podría resultar como dada, ante la asunción de la autoridad presidencial. El refuerzo y reivindicación de "la mujer", desestabiliza autoridades naturales como las mencionadas. Desde el plano político, este "destiempo" se refuerza con su foto junto a Fidel Castro. La pregunta por la veracidad de la misma, termina poniendo en duda si efectivamente puede ser cierto que, el mismo día que asumía Obama, Argentina se fotografiara con Cuba. Nos habla de canje de deuda, cuando enfrente "allá" tiene a sus mujeres, amas de casa.A nuestro criterio, la presidenta debiera intentar reposar sobre otro tipo de autoridad; y reconquistar la opinión pública de sectores medios.
Considero que no es nada fácil. Lo cierto es que la presidenta padeció una "transferencia de la autoridad legítima", con mayor cantidad de votos obtenidos, de su esposo a ella. Pero esta construcción, no se ha reflejado en términos de discurso y en términos de imagen. Y creemos, tiene gran correlación con el resultado electoral.
El ocultamiento de la imagen de Cristina durante la campaña 2007, había generado cierta expectativa. Sin embargo, el desvelamiento ocasionó mucho daño, dado que ahora se generaba un efecto de transparencia: "así era realmente Cristina".
Este dato provocó una "desilusión" por parte del electorado en los pocos meses, y un enfrentamiento, al destacarse sus rasgos de "soberbia".
Creo que podría tener buen rendimiento comenzar, progresivamente, a reposar sobre la autoridad de Madre. Esta autoridad natural, hoy no se ejerce públicamente por la Presidenta. Las demás, hoy son muy dificiles de reconstruir. La autoridad de Jefe Política, hoy la tiene en ejercicio su esposo. La Autoridad de Amo, ha ocasionado críticas en su soberbia y en su estilo autoritario. La Autoridad de Juez, dificilmente pueda ejercerla como principio, con tanto gabinete cuestionado.
En cambio, la autoridad de Madre podría ayudarla a recomponer su vínculo con la sociedad. En los años 90, la aparición de la "familia" menemista, reconstruyó en Menem la figura del "padre", refuerzo tras la trágica muerte de Carlos Menem Jr.
En Cristina, uno no conoce esta faceta, y allí aparecería una oportunidad.
Para finalizar, tomamos el atrevimiento de proponer a sus grandes "equipos" de discurso e imagen.
1. Que la Presidente tome de 10 a 15 días, desaparecida de los medios. Que se muestre tanto, hace preguntar cuándo "trabaja", cuándo analiza y toma decisiones. Los anuncios están generando la transparencia de que "anuncia". Los anuncios no son sinónimo a trabajo.
2. Que la Presidente asista a un prototipo de programa televisivo, como Mirtha Legrand. Descontracturada y sin demasiada estética, concurrir a comer a solas con la diva televisiva. Este dato la posiciona en otro segmento social. La Presidenta, no sólo da discursos y viaja, sino que "come" en su hogar, y también comienza a ser parte del universo mediático, algo de lo que por tanto preservarla, se lo termina alejando.
3. Que la Presidente conceda una entrevista exclusiva a un medio de prensa gráfica, podría ser Clarín preferentemente, en el living de su casa, totalmente desestructurada. La entrevista debiera incluir el perfil de sus hijos, y contaría con muchas preguntas sobre su rol de "madre".
4. Que asista una semana después o antes a determinados sanatorios y hospitales y lance una campaña pública; o bien que organice junto a la Provincia un conjunto de acciones benéficas para productores afectados por la sequía. Este espíritu "solidario" algo que hoy nadie identifica, tendría la virtud de contar con la presencia de líderes rurales, los cuáles no podrían negarse. La recomposición de la relación con el Campo tiene que ser a través de "lo solidario".
Esperamos que les resulten interesantes estos comentarios. Realmente deseamos que mejore su imagen, y logre cumplir con su mandato constitucional, como anhelamos todos los argentinos, nos guste su estilo o no.
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