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"Sobre la Guerra Prolongada" Mao Tse Tung: Los campos de la política



Hay quiénes pueden sin duda pensar que el conflicto de "El Campo" vs. "El Gobierno" se ha convertido progresivamente en una "guerra prolongada", como alguna vez lo definió Mao Tse Tung. La similitud radica en esta "teoría del desgaste progresivo" que instauran ambos sectores, apostando a erosionar las decisiones políticas, sociales y administrativas de funcionarios o asambleístas.
Como un consejo al Gobierno, y tras los últimos discursos, Mao Tse Tung sostiene:
"Nuestra tarea no consiste en recitar mecánicamente al pueblo nuestro programa político, porque así nadie escuchará debemos vincular la movilización política con la marcha de la guerra, la vida de los soldados y del pueblo, y hacer de ella un trabajo permanente." Además, Mao Tse Tung señala las tres etapas de la guerra prolongada y las describen como: 1. Período de ofensiva estratégica del enemigo. 2. Período de consolidación del enemigo y preparación de la contraofensiva. 3.Contraofensiva estratégica y retirada del enemigo. Mao advierte: "El país enfrentará dos graves problemas: las dificultades económicas y la zapa de los colaboracionistas". El objetivo de la guerra que se define entonces la conservación de las fuerzas propias y la destrucción de las del enemigo.
Si bien no podemos dejar de encontrar similitudes, también es cierto que la industria de la televisión y de los medios de comunicación masiva no fue justamente un factor a considerar en aquellos tiempos.
El conflicto "El Campo" vs. "El Gobierno" fue instaurado desde el comienzo en los medios de comunicación desde la primera irrupción en un corte de ruta por parte de los "ruralistas" y "chacareros". La "mediatización de la política" aquí desborda el escenario mismo; y convierte al conflicto en un mapa paralelo. La territorialidad de la protesta agraria, ganó el "campo" mediático velozmente. La presencia de Spots televisivos a favor del campo (Se pueden consultar en You Tube), la canción del "campo", la construcción simbólica de D Angeli, como símbolo de un movimiento de "autoconvocados"; refuerza la "espontaneidad" de la protesta.
Y aquí aparece una "guerra prolongada" en el lenguaje de los medios de comunicación masiva. La creciente disociación del término "piquete" de "piqueteros" no es un dato menor. La pérdida de historicidad y de una trayectoria específica del término; vinculado a los primeros cortes de la década del 90 y su irrupción en la crisis de 2001; hoy aparece re-sifgnificado, desde una protesta "autoconvocada". El concepto de paro agropecuario es el que habilita esta nueva idea tras la noción de piquete o "corte", en tanto lo explica por que existe o hubo actividad. Sólo "para" quien está activo, quién produce, y allí es desde dónde habla el campo: "los productores". Luego, se verá si es la Sociedad Rural o pequeños ruralistas. La "producción" como elemento discursivo confronta con "la politización de los políticos". Paradójicamente, la re-aparición de "El Peronismo" y la conducción partidaria como lugar de manifestaciones públicas; vuelve a recobrar importancia en un momento de descomposición y fragmentación política.
En términos de comunicación política, la noción de "campaña permanente" que introduce Felipe Noguera; es aplicable a la "campaña" de los dirigentes agrarios. Esta "campaña" tiene una campaña al interior, conducida por D Angeli; que moviliza a "los duros" del sector. Es él quien, con un discurso confrontativo es capaza de regenerar las energías de la Resistencia. Aunque teniendo un apellido de misma estructura, D Elia es abordado en términos generales por los medios, como un producto de la movilización política en la execerbación; la capacidad de condensar las actitudes que generen el rechazo del "ciudadano ilustrado".
En él se condensa, no "el piquete de la abundancia", sino los "piqueteros sociales". No quiénes deciden "hacer un piquete", sino más bien "se dedican a ello". Esta operación termina de dilucidarse en la asociación de "piquete" con "corte", para desvincular la sistematicidad de la metodología, y sólo referirlo a un momento específico dado.
Ahora bien, en este escenario de construcción simbólica,nos comenzamos a preguntar acerca de la eficacia de la "guerra prolongada" en términos de comunicación política. Evidentemente, el gobierno está recuperando su protagonismo político, y antetodo el factor ideológico, que tras la campaña presidencial había perdido. La necesidad de despegarse de la coyuntura económica, se facilita al disponer de una aparición mediátics constante referida al "campo". Incluso, la renuncia de "piqueteros" y la confrontación a los "piquetes" comienza a vaciar la protesta social, posibilitando en un futuro cercano una coincidencia con sectores medios, que buscan "reprimir" o al menos "controlar" la ocupación del espacio público.
Además, ha podido condensar, en términos políticos, todo el "verdadero" oficialismo "cristinista"; algo que anticipa el escenario electoral de 2009 y anticipa un descubrimiento de resistencias internas. El gobierno sabe, que si bien la imagen y opinión pública tiene que ver con sus acciones y la repercusión; el factor de decisión última radica en la capacidad de regenerar su autoridad al momento de las elecciones; y allí hasta ahora no ha encontrado una verdadera oposición.
Para "el campo" aparece un desafío no pequeño: lograr mantener la visibilidad de los actores y la "autoridad" de sus reclamos. La "autoridad" de la protesta fue conferida mediáticamente, y existe el riesgo que también encuentre allí su lugar de disolución. El giro del Gobierno en explicar los "fines" de las retenciones (Algo que podría haber hecho hace bastante y no quiso hacerlo) claramente sitúa al "Campo" en otro lugar. La disponibilidad de recursos económicos, y antetodo pauta publicitaria, condiciona a mediano y largo plazo el plan de campaña permanente. Y entonces aparece la paradoja a los dirigentes de mantener el equilibrio entre una "responsabilidad discursiva" y una "responsabilidad de las acciones". El Gobierno, con la judicialización de los dirigentes por sus convocatorias, supo encontrar la manera de vincular ambas responsabilidades, y poner un "tercero" imparcial, otro tipo de "autoridad" en aparición: El Juez.Y no será nada facil para ellos entonce, encauzar las acciones con las palabras, cuando quedan cada vez menos alternativas. La aparición de una posible "violencia" en el escenario, también condiciono al discurso del "campo" y pudo volver a lograr amalgamar lo discursivo al mundo de las acciones o los eventos.
Hoy resta preguntarse entonces sobre la injerencia de la oposición política, y lo cierto es que la "guerra prolongada" encuentra dirigentes desorientados y agudiza la exposición de otros. Elisa Carrió corre el riesgo de "personalizar" el éxito mediático de la convocatoria, y no dentro de muchos días; padecer un posible acuerdo con las entidades. Sin embargo, supo gracias a su excelente oratoria y experiencia, embarcar hasta ahora al conflicto en un proyecto más amplio, que le permita "escapar" de los condicionamientos propios del evento mediático. Poco se habla de Fabiana Ríos o Mauricio Macri, quiénes prefieren ser cautos; sobretodo en el marco de una relación distinta con Nación. Macri ya sabe que cualquier injerencia también podría traer efectos "colaterales" a su gestión en la Ciudad, y a la construcción mediática de la oposición, que al menos desde lo institucional, aparece todavía demasiado dispersa.
De China a la Argentina, finalmente nos preguntamos el progreso de un proceso aún lo suficientemente incierto. "El más rico manantial de fuerza para mantener la guerra está en las masas populares", dirá Mao. Ahora nos aguarda emprender el camino sinuoso al 20 de Junio y el 9 de Julio, pero eso será ya motivo de otros comentarios en este blog.
Hasta pronto.

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