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“El kirchnerismo no es peronista”

Entrevista con Eliseo Verón / Filósofo, semiólogo, escritor

“El kirchnerismo no es peronista”

La realidad del país, signada por uno de los conflictos más delicados de los últimos años, le abre al destacado filósofo argentino temores e inquietudes. Afirma que es infrecuente una degradación tan rápida del capital político de un gobernante.
Emanuel Rodríguez
De nuestra Redacción

"Estoy inquieto". Eliseo Verón pide un café y se acomoda en la silla. Le acaban de hacer la pregunta más común de estos tiempos, le acaban de preguntar cómo ve, desde su trayectoria intelectual, la crisis del campo y el estado del Estado. Es una pregunta común y es inevitable, y acaso también sea una pregunta interesante si se tiene en cuenta que el escenario político actual es particularmente crítico. ¿Pero qué escenario político de la Argentina de los últimos 50 años no ha sido particularmente crítico para este tipo de preguntas?

"Me parece que la cuestión es complicada, y el poder se está deteriorando muy rápido –dice Verón–. La presidencia de Cristina Kirchner no tiene más de seis meses, y esa degradación tan rápida no es muy frecuente. El clima general me inquieta un poco".

Por sus viajes constantes, la mirada del autor de Perón o muerte (junto a Silvia Sigal) sobre la situación de la Argentina está construida sobre miradas "desde afuera": "Yo viajo bastante y desde afuera se ve todo muy complicado. La gente me pregunta, me dice ‘cómo puede ser, si salieron de la crisis, estaba todo bien y ahora está todo mal’".

El filósofo y semiólogo Eliseo Verón visitó Córdoba para inaugurar en el Colegio Universitario de Periodismo los programas de especialización profesional en comunicación institucional y en periodismo político. Llegó a Córdoba en medio de una crisis que acentúa las históricas diferencias que Verón ha tenido, como intelectual, con el peronismo. "Hay algunas cosas que se están manejando mal, mi sensación es de creciente inquietud".

–El enfrentamiento discursivo entre el Gobierno y el campo, ¿le recuerda algunos modos de construir al enemigo que tenía el discurso peronista clásico?

–A ver: la vocación del peronismo clásico era inclusiva, no exclusiva. Era un movimiento que tendía a identificar a los peronistas y a los argentinos. Desde ese punto de vista, Perón era inclusivo, y dijo infinidad de veces que en el peronismo cabe todo, izquierda, derecha, centro, todo. No es el caso actual. Desde ese punto de vista, el kirchnerismo no es peronista.

–Me refiero a esa construcción de un enemigo que siempre definió al peronismo en oposición a la oligarquía, por ejemplo, o la antipatria.

–Efectivamente, el peronismo construía una especie de enemigo abstracto, la antipatria, en una época, pero tendía a incluir y no a excluir. Incluso en el ‘73, la ruptura con la Juventud Peronista fue una ruptura que se hizo de hecho, en una situación límite. Perón se apoyaba en López Rega y al mismo tiempo hablaba de la JP como si formara siempre parte del peronismo, hasta que en un momento la incompatibilidad fue tal que la JP se transformó en "esos estúpidos que gritan". Pero la base del peronismo era de inclusión. Nadie puede pensar que hoy el peronismo identifica al campo como ese enemigo abstracto, oculto y antipatria. Porque si es así, el error histórico sería realmente grave, identificar al campo con un enemigo asociado a la oligarquía es como no tener un contacto claro con el contexto inmediato, o es tener 30 años de retardo. O una u otra.

Violencia simbólica
–En el discurso oficial y en el discurso opositor se repite la palabra "diálogo", y sin embargo la sensación general es que atravesamos un momento de suma violencia política.

–Violencia política simbólica, sin duda. No se puede estar negociando con un actor social, o escuchando las reivindicaciones de un actor social, y de golpe calificarlo de conspirador, de complotador. Ese tipo de reacción es incomprensible, o por lo menos yo no entiendo muy bien qué utilidad puede tener. Perón era un enorme negociador, un tipo que sabía lo que era negociar en política, no era alguien que estaba permanentemente enfrentándose, era exactamente lo contrario.

–Sin embargo, muchos sectores atribuyen el conflicto a características propias del peronismo, del partido oficial.

–Qué relación hay entre éste y el otro peronismo es otra discusión... En todo caso, esta metodología de enfrentamiento agresivo permanente no era una característica del peronismo.

–¿La violencia política simbólica es inherente a la democracia argentina?

–No. No era una metodología de Menem, ni de Alfonsín. Acá hay una cuestión de autoritarismo agresivo, y eso me parece relativamente nuevo respecto de los pocos años de democracia que tenemos

Perplejidades
–En términos de "efectos posibles" de un discurso, ¿qué es posible predecir a partir del discurso oficial?

–Mi problema es que no termino de entender cuál es la lógica de la estrategia política del Gobierno. No me termina de cerrar. Hay elementos de cualquier negociación que uno puede entender, pero no entiendo por ejemplo por qué razón el propio Néstor Kirchner está minando la imagen de su señora y presidenta.

–¿A qué se refiere?

–A que Néstor Kirchner está descolocando completamente a su esposa. El país se está dando cuenta de que efectivamente la autoridad la sigue teniendo él, y no se sabe qué hace Cristina ahí. ¿Qué interés tiene el Gobierno en que eso sea tan visible?

–Durante la gestión de Néstor Kirchner, un amplio sector de la intelectualidad de izquierdas expresó su adhesión al programa político del kirchnerismo. Hasta ahora esa relación para sostenerse, ¿puede seguir en los mismos términos tras esta crisis con el campo?

–No lo sé… No tengo demasiados datos. Bastante va a depender de cómo siga la política del Gobierno. A mí me da la sensación de que se están peleando con todo el mundo.

–¿La polarización del conflicto, por parte del Gobierno, entre los que tienen y los que no tienen, es una consecuencia de esa pelea?

–Sin reducirla a una polarización tan fuerte, es evidente que hay desigualdades enormes, pero el campo no es sólo los grandes productores: Cristina ha conseguido por primera vez que toda la gente del campo esté unida. Además, el Gobierno es ciego a la inflación, y ese problema está afectando al sector con menos ingresos. No se entiende.

–La perplejidad parece ser el signo de los tiempos…

–Sí. A mí me pasa eso, en la medida en que no termino de comprender la lógica detrás de lo que está haciendo el Gobierno. Me parece que la tensión interna entre estrategias enfrentadas dentro del kirchnerismo, da un resultado negativo. Ahí hay una especie de configuración muy complicada de intereses, de luchas internas.

–Usted hace hincapié en que determinadas decisiones del Gobierno no son peronistas en el sentido clásico del término. ¿Sería mejor que sí lo fueran?

–No, no. Digo que el kirchnerismo no es peronista como algo puramente descriptivo. No creo que el peronismo clásico sea mejor o peor que esto. De hecho, la categoría misma de peronismo no significa ya gran cosa. Si Menem, Kirchner, Rodríguez Sáa y Duhalde son todos peronistas, ¿qué significa ser peronista? Creo que cada vez estamos más próximos al ideal de Perón, que era que peronista y argentino sean sinónimos.

Fuente: www.lavoz.com.ar Link: http://www2.lavoz.com.ar/08/06/09/secciones/opinion/nota.asp?nota_id=211535

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